A falta de la media sesión del 31 para cerrar el año hacemos balance total de esta última etapa de Radar Market en la que usamos los SMS para avisar de nuestra operativa en tiempo real.
Creemos que hay techo en los mercados y que se ha iniciado un ciclo bajista cuya primera previsión apunta al año 2.022 como suelo final.
Han sido poco más de cinco años, muy complejos, como corresponde a una onda IV, con una gran disparidad entre índices y acciones. Nuestra estrategia de no comprar bancos en ningún momento y preferir apostar por el rebote de los pequeños y medianos valores más que por los blue chips ha dado buen resultado. Éramos conscientes de que con una cartera así íbamos a necesitar mucha diversificación en la certeza de que algunos valores podrían ir mal, como así ha sido, pero que en general la cartera marcharía mejor que nuestro índice de referencia el Ibex, donde se han concentrado las compras. Decidimos no superar nunca el 10% de inversión en ningún valor y ajustarnos a una media del 4-5% por acción dejando liquidez suficiente para complementar la rentabilidad con operaciones de futuros que nos permitieran arañar rentabilidad tanto al alza como a la baja.
Hemos vivido todo tipo de circunstancias y la operativa ha sido compleja pero a la postre los resultados son muy buenos.
Ya saben que a la hora de hacer balance no tenemos en cuenta los gastos en comisiones por no hacerlo demasiado complicado y que para compensarlo tampoco tenemos en cuenta los dividendos cobrados y la venta de derechos de las ampliaciones. No sabemos cual de las dos sumará más pero no alteran el resultado de forma apreciable.
Cuando empezamos el Ibex estaba en 9.341 y al cierre del viernes se ubicaba en 8.493 lo que supone un descenso del 9,07% para el periodo de cinco años computado. Un descenso medio anual del -1.81%.
Por nuestra parte no podemos hacer un computo definitivo pero sí muy aproximado, ya que sólo quedan en cartera tres valores, los que peor han ido, y que aunque liquidásemos a cero no cambiarían mucho los números actuales.
El total de todas las operaciones realizadas en renta variable arrojan un saldo positivo del 94,84% y en los valores que quedan había invertido un 11% por lo que en el peor de los casos, valorándolos a cero, la rentabilidad quedaría en el 83,84% en el total de los cinco años.
En cuanto a los derivados el saldo es el siguiente:
2.014: +11,33%
2.015: +25,70%
2.016: +2,85%
2.017: +9,83%
2.018: +11,58%
Lo que da un total para los cinco años del +61,29%.
Sumando el 94,84% realizado en renta variable más el 61,29% de los derivados completan un total del 156,13% para el periodo de cinco años que supone un 31,22% anual de media.
De aquí habría que restar un 9% de pérdidas latentes en los valores que quedan en cartera y un 2,8% de pérdidas latentes en la posición abierta de Bund.
Esto dejaría los números a día de hoy, a falta de saber como liquidamos lo poco que queda en 156,13 -11,8= +144,33% en el total de los cinco años y una rentabilidad anual del 28,86%.
La rentabilidad anual de las acciones sería 94,84%-9% = 85,84% dividido entre cinco +17,17%.
Y en los derivados +61,29% - 2,8%= 58,49% dividido entre cinco +11,69%.
Nos sale pues una rentabilidad media anual del 17,17% + 11,69%= 28,86% y una rentabilidad total del 144,33%.
Cuando empezamos les dijimos que habría momentos en los que la fortuna nos acompañaría y otros en que no, pero nos comprometimos a pelear operación a operación y a mantener nuestra visión del mercado y ser consecuentes con ella, convencidos de que esto nos daría una regularidad que nos pondría arriba en la tabla clasificatoria. Ha supuesto un gran esfuerzo, nervios templados, mucha paciencia, concentración y una buena dosis de olfato, pero lo hemos conseguido, cerrando además con el broche de haber mantenido la trayectoria positiva en el año 2.018 que ha sido uno de los peores años de la historia con las pérdidas extendiéndose al 93% de los activos cotizados.
La confianza en nuestras previsiones nos permitió salir del mercado en el momento oportuno y eso ha sido el factor clave.
Estamos muy satisfechos del trabajo realizado pero esto no para y en tres días estaremos bregando con el 2.019 y un periodo difícil que esperamos donde será necesario emplear estrategias totalmente distintas.
Ya no podremos contar con una cartera que vaya dando sus frutos con el paso del tiempo y habrá que ser más ágil en la operativa. Tendremos que arriesgar más en derivados y apalancarse un poco limitando la compra de acciones a momentos y valores puntuales. Habrá que utilizar también operaciones en otros activos como materias primas cuando veamos la oportunidad, pero nos centraremos sobre todo en la preservación del capital y en las medidas que sean necesario para ello, vemos riesgos serios, especialmente en el 2.020 y serán los acontecimientos los que nos indiquen como actuar.
Suponemos que después de tanto tiempo nuestra credibilidad queda respaldada por una gestión que mantiene resultados positivos en cualquier tipo de mercado. Esto no nos hace invulnerables y un resultado negativo podría llegar en algún momento, pero demuestra una capacidad para moverse en los mercados de muy alta calidad lo que genera una confianza respaldada por los hechos y el tiempo. No son buenas rachas sino una trayectoria sostenida a lo largo de décadas.
Es nuestra obligación repetir una vez más que no emitimos recomendaciones, damos nuestra visión de mercado y comunicamos en tiempo real las operaciones que realizamos para nosotros mismos.
Hemos acabado la onda B de rebote que esperábamos para estos años y entramos en modo onda C.
Los mercados bajistas son mucho más difíciles e ingratos pero no puede eludirse la realidad así que nos enfrentaremos a lo que viene con la misma disposición y entusiasmo. Vamos a ello.
Les deseamos un feliz cambio de año y les citamos para el miércoles donde comenzaremos una nueva etapa.