Cuando pronosticamos el techo del 2.007 calculamos el suelo de onda en el 2.012. A medida que se desarrollaban las ondas comprobamos que el periodo empleado para confeccionar la onda A de bajada y la B de rebote eran exactos por lo que la onda C que pondría fin al primer movimiento a la baja debería producirse en octubre del 2.012. Posteriormente la intervención de Draghi en julio y la de Bernanke en septiembre abortaron la quinta onda final y adelantó el suelo en tres meses. Desde ahí hemos calculado un periodo de onda B de rebote de la misma dimensión que nos lleva a mediados del 2.017. Tenemos la primera onda de rebote confeccionada y el tiempo que ha tardado en realizarla determinado. En vista de ello y viendo que quedan dos cuadrados pequeños, el correspondiente a B y C para completar el grande hasta el 2.017, no sería extraño que la onda correctiva se extendiera hasta los primeros meses del 2.015. Veremos, esto es lo que hay que afinar y va a depender una vez más del calendario de actuación de los bancos centrales que son los que llevan a la batuta en este ciclo.
El Eurostock terminó onda 100 puntos más arriba del objetivo inicial ayudado por la actuación del BCE que provocó un final de onda como ending diagonal, una figura que anunciaba la vuelta del precio al inicio de la cuña como así ha sido. Es el principio de corrección de onda B que puede tener confeccionado su primer tramo a la baja. Nos esperan varios meses laterales-correctivos.
Esta semana corrobora lo que ya confirmó la semana anterior, hay techo de onda. La estructura simétrica esperada sigue materializándose con una precisión asombrosa. La onda B está en marcha, en principio con un objetivo teórico de 9.300 que afinaremos según se vaya produciendo el desarrollo. Los rebotes deben ser aprovechados para tomar posiciones cortas.
Cada vez más claro. Las piezas se van moviendo para que el escenario previsto se materialice.
Los datos macro europeos son muy flojos en los últimos meses, el ZEW alemán de este mes, sexto a la baja lo evidencia. La economía europea está sin pulso. Juncker aboga por la reindustrialización de Europa y propone un programa de 300.000 millones de euros para dinamizarla en los próximos años.
El asunto del Banco Espíritu Santo portugués, ha salido a la luz en un momento muy oportuno, aunque viene de lejos, llámenlo casualidad, lo cierto es que servirá para reforzar la postura de los bancos que se niegan a dar créditos aunque las tasas sean negativas, no hay confianza entre ellos, nadie sabe como están los demás y, escaldados, no ven motivos para arriesgar con una economía floja y una morosidad alta. El dinero no va a salir de sus bolsillos y Draghi lo sabe aunque monte el numerito del TLTRO. Estoy convencido que va a esperar unos meses para contarnos al final que es necesario un QE europeo. De cara a las resistencias políticas será necesario este plazo y además un susto bursátil que le sirva de coartada.
Tendremos el recorte en las bolsas en los próximos meses y después el QE que active el movimiento alcista posterior.
Cuando los euros se hayan multiplicado desde la chistera de Draghi llegará la situación crucial, no tiene buena pinta, pero esa es otra historia y habrá que contarla en su momento. Sólo se puede vivir en el presente.