Gracias al oro existen los bancos, aunque ellos no quieran oÃr hablar de él, prefieren tratar con sus descendientes, los tataranietos de los primitivos recibos que expedÃan a cambio del oro depositado en sus bóvedas y a los que hoy llamamos dinero.
El valor intrÃnseco de cualquier billete es cero, el papel moneda no es distinto del papel higiénico.
Lo que le convierte en instrumento financiero es la creencia de que será aceptado por el resto de agentes debido a la confianza en la autoridad que lo emite.
Confianza y creencia, dos pilares que no sólo pueden venirse abajo sino que lo han hecho en cada una de las civilizaciones que han existido. Es sólo cuestión de tiempo y de la velocidad a la que se imprime que su valor sea cero. Como toda convención humana muere a mano de otros humanos que imponen nuevas convenciones llegado el momento.
En el gráfico que vemos de activos desde 1.800 observamos que el único que ha perdido valor ha sido el dinero, en este caso el dólar. Sólo queda un porcentaje residual de su valor primitivo, con un pequeño empujón más habrá desaparecido. Si ha perdido el 98% de su valor en 200 años ¿Cuánto tardará en perder el 2% restante?
Observando la cantidad de derivados que poseen los principales bancos del mundo y la contrapartida en dinero que supone, su existencia es ya virtual.
Por el contrario el oro ha convivido con todas las civilizaciones existentes y no ha cambiado un ápice. Además de ser maleable, bello, conductor e indestructible, es escaso, nadie puede fabricarlo.
La producción anual en todo el planeta equivale a un cubo de 5 metros de lado y todo el oro que existe, el que ha extraÃdo el hombre en toda la historia, tiene el tamaño de un cubo de 20,4 metros de lado. Unas 165.000 toneladas, 60 camiones de gran tamaño.
¿Está caro?
Depende, si observamos nuevamente el gráfico de los distintos activos comprobaremos que está mucho más barato que el resto.
Los otros activos ascienden con la inflación y el oro recupera terreno en épocas deflacionarias, quizá sea el momento de estrechar distancias.
El oro tiene una gran cantidad de neutrones en su composición y como todos los elementos con esta caracterÃstica procede de una gran explosión. Ese anillo que lleva en el dedo es una porción de estrella, posiblemente un souvenir que la desaparición de una supernova le ha dejado como recuerdo, de un tiempo tan remoto que supera en miles de millones de años la existencia del hombre.
El oro es lo único que le habrÃan aceptado en cualquier lugar del planeta y en cualquier época.
Quizá sea lo único que le acepten en otros planetas, pero eso puede que sea adelantarse demasiado.
Lo cierto es que ha demostrado ser un buen seguro en los malos tiempos.
